La dulce espera
Fiona suele acostarse a dormir sobre mi cabeza o pecho siempre que tiene oportunidad, la mayoría de los gatos caseros tienen ese peculiar comportamiento y uno no tiene más opción que acostumbrarse y disfrutar su compañía.
De repente un día mientras veíamos tv ella cambió su lugar favorito, tras un corto masaje con sus suaves paticas se acomodó sobre mi vientre a ronronear hasta que se durmió, y continuó esta misma rutina pasando inadvertida, yo no imaginaba lo que estaba pasando pero pronto empezaría a sospechar.
Me sentía cansada, con sueño, hambre y muchas pero muchas ganas de comer picante (normalmente no me gusta), en ese momento y solo por descartar decidí comprar una prueba casera, el resultado inmediato fue positivo. Totalmente feliz pero aún incrédula confirme mi estado con una prueba de laboratorio y solo después de eso le conté a mi esposo y familia, ya para entonces tenía seis semanas y media de embarazo.
¡Fiona ya lo sabía! Su conexión con este pedacito de vida en formación fue inmediata, única e inexplicable, se aseguró de darle calor y arrullo incluso antes que esta novata madre en construcción se diera cuenta de su existencia.
Así fue la dulce espera, mientras dentro crecía el milagro de la vida en su primera casita, afuera era consentida por papá, abuel@s, tías, familia, amigos, y por supuesto por su hermana felina, nueve meses que también estuvieron llenos de arrunches, ronroneos y juegos a través de la barriguita, quizás eso tenga que ver en que nuestra bebé sea tan activa.
Cuando recuerdo o cuento esta historia no puedo evitar que me suden los ojos, amar la vida en cualquiera de sus formas llena el alma, y el amor por los hijos te llena de felicidad inexplicable.
Comparto algunas fotos de esta hermosa época:
- Abrazando la barriguita de aproximadamente 4 meses de embarazo.
- Bebé creciendo, casi 6 meses de embarazo.
- Ya de medio lado pero sigue consintiendo su hermanita de 7 meses.
