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Dos gatas, una casa

La territorialidad de Fiona la habíamos comprobado cuando aún de visita en las casas de Tiger, Pilo y Ruso era ella quien mandaba la parada, estos gatos amigos se limitaban a hacerle caso en su propio espacio, por lo que nuestra esperanza de una adaptación instantánea era casi nula.

Repasamos las instrucciones de “San Google” y de todos los amigos que tienen mas de un gato en casa, y esta es la experiencia real de lo que sucedió con nosotros:

DÍA 1

Leia llegó en su guacal con su trapito y sus juguetes, todos la esperábamos en la sala, Fiona inicialmente asustada por la visita se escondió, pero luego salió a curiosear, en cuanto sintió el olor se acercó al guacal con la cola totalmente esponjada y empezó a gruñir. Yo sostenía a María Helena para protegerla de una reacción inesperada, mi esposo intentaba calmar a Fiona y Lupe a Leia que se encontraba asustada y resguardada.

Uno de los cuartos del apartamento había sido adaptado para Leia, pusimos agua, comida y un baño bastante provisional (una ponchera con arena), allí la dejamos salir del guacal mientras Fiona detrás de la puerta seguía con la cola esponjada. Nos estuvimos turnando para hacerle compañía, siempre teniendo cuidado al abrir y cerrar la puerta pues Fiona se acercaba con actitud de pocos amigos.

DÍA 2

Fue mi útil que estuviera en casa esos días, no sé cómo sería si hubiera tenido que ir a trabajar quedándome preocupada por como estaría todo (Consejo: Inicien la integración un fin de semana, o los días de descanso que tengan asignados para estar más pendientes).

Leia no comió ni tomo agua el primer día, pero si uso el baño provisional muy juiciosamente. Este día nos encargamos de turnar las gatas en el cuarto, de esta forma Fiona adentro podía acostumbrarse al olor de Leia, incluso comió y bebió de esas tazas, por su parte Leia aprovechaba su turno afuera para explorar cada rincón de la casa, con el nerviosismo al límite se escondía debajo de muebles y camas, y poco se acercaba a nosotros.

Como ejercicio para evitar los gruñidos de Fiona en la puerta pusimos comida de recompensa (snacks diferentes a su comida regular), y que cada vez que se acercaba le ofrecíamos y la felicitábamos, de igual manera le dábamos a Leia pero aún desconfiada poco comía.

Al final de este día Leia comió, pero antes debí limpiar de nuevo las tazas ya que Fiona había dejado su olor. Esa noche no hubo sonidos que alteraran nuestro sueño.

DÍA 3

Todo amanece bien. Tras revisar que ambas gatas hubieran comido, bebido agua, y limpiar los baños (el original y el provisional), nos aventuramos a dejar las puertas abiertas. Había una tensa calma, Leia salía del cuarto y Fiona la veía desde su garita (un mueble alto donde suele acostarse), nada pasó.

Estuvieron todo el día en espacios diferentes, sin sostenerse la mirada, Fiona aprovechaba para comer de ambos platos, entrar a ambos baños, Leia se mantenía muy sumisa. Y así por un par de días más.

DÍA 5

El baño provisional se ubica al lado del principal, las tazas de comida y bebida salen del cuarto y se ponen en el mismo espacio, pero separadas unas de otras.

DÍA 6

Fiona y Leia comenzaron a estar en los mismos lugares, e interactuar mas entre sí, con nosotros y María Helena. Leia se llenó de confianza, jugaba hasta llevar a sus límites a Fiona, le hacía pequeñas bromas en el baño no dejándola salir (incluso tuve que intervenir un par de veces), mostrando cada vez más su personalidad y jovialidad.

DÍA 7

Este par de hermanas se apropiaron de nuestro apartamento.

Al finalizar la integración notamos que Fiona se mantuvo como la dominante, los espacios principales seguían siendo de ella (nuestra cama, el mejor sitio del sofá, “la garita”, el saludo de la mañana), cedió su turno al comer pero porque se dio cuenta que Leia comía poco y rápido, así que le quedaría más a ella.

¿Cómo les ha ido a uds con la experiencia de integrar 2 o más gatos?

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